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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
4 de junio de 2009

Accidente del Airbus 330: geografía e historia

Como aficionado a la geografía, nada más conocerse la noticia de la desaparición del Airbus A330 de Air France en medio del Océano Atlántico, me vine al ordenador a consultar cómo era la zona donde supuestamente había caído la aeronave. Al verlo en Google Earth me di cuenta de que posiblemente nunca encontraran los restos y mucho menos la caja negra. A pesar de que entre Brasil y Senegal hay ni más ni menos que 2.800 kilómetros de agua, son las dos costas más cercanas a lo largo y ancho de todo el océano.

En toda esa distancia apenas hay tierra firme. Sólo dos excepciones: el archipiélago de Fernando de Noronha, a casi 400 kilómetros de la costa de Brasil y los ignotos y despoblados (excepto por una estación científica) islotes rocosos de São Pedro e São Paulo a casi mil. En realidad se trata de las cimas de los montes submarinos más altos de la enorme cordillera con picos de más de 6.000 metros sumergida bajo el océano. Si pudieramos vaciar todo ese agua tendríamos un impresionante paisaje bajo nosotros. Esa es precisamente una de las principales dificultades a la hora de encontrar los restos del Airbus siniestrado y sobre todo de la caja negra.

Pero vamos con un poco de historia sobre estos dos archipiélagos que pasan por ser los dos únicos lugares sobre el nivel del mar de la zona. Fernando de Noronha es un archipiélago volcánico formado por veintiuna islas. Según la Wikipedia es posiblemente el primer lugar del nuevo mundo en el hemisferio sur en ser colonizado y ya aparece en mapas en 1502. Por allí también pasó Américo Vespucio al año siguiente. En el siglo XVII fue colonia holandesa y poco después volvió a manos portuguesas. No comenzó a ser poblada hasta el siglo XVIII.

El caso de São Pedro e São Paulo es bastante menos amable, aunque también con mucha historia. Su población es de 4 personas, científicos brasileños que pueblan la base instalada en este inhóspito lugar desde 1998 y que se dedican al estudio del ecosistema marino. Los primeros visitantes de estos peñones fueron navegadores portugueses, que las avistaron en 1511 y Charles Darwin las visitó en 1832 mientras viajaba a bordo del Beagle

2 de junio de 2009

Un misterioso pulso láser

El pasado día 9 de mayo, el diario australiano The Australian publicaba un artículo en el que se aseguraba que Ragbir Bhathal, un astrofísico de la Universidad de Sydney asociada al proyecto SETI, había detectado en diciembre de 2008 una extraña señal proveniente del espacio profundo. Esta señal tenía la forma de pulso láser. Se trataba de una señal óptica, algo nunca visto hasta la fecha desde que se inició la búsqueda de indicios de vida inteligente fuera de la tierra. La noticia no cuenta ningún dato más de relevancia, sólo que la rama de los colaboradores australianos de SETI que se dedican a rastrear señales ópticas (OSETI) se han puesto manos a la obra e intentan detectar, de momento sin éxito, algún pulso o flash láser más que confirme la veracidad de la anterior señal.

Hasta la fecha, la fuente de información más actual y fidedigna es la poca que se comenta por los foros de AstroSETI.org y donde se hacen conjeturas de lo más interesante. Se dice, por ejemplo, que quizás la señal recibida sea portadora de algún tipo de información, aunque el pulso ha sido tan esporádico que puede que se trate incluso de un error en los sistemas de medición. En cualquier caso es un hándicap, porque los pulsos láser como el recibido son extremadamente unidireccionales y, en el caso de provenir del espacio profundo, pudo haberse debido a que la Tierra «interceptó accidentalmente» la señal, en su proceso de rotación en torno al sol. Si es así hay muy pocas probabilidades de volvernos a encontrar con tan misterioso fenómeno.

No sabemos que ocurrirá en el futuro. Quizás nos olvidemos para siempre de esta noticia y que pase al anecdotario de la búsqueda de vida extraterrestre igual que con la señal Wow!, o que consiga descifrarse ese pulso (si es que contiene información) y sepamos si es algo puramente accidental o una comunicación en toda regla…

1 de junio de 2009

¿Es legal prohibir fotografiar en los museos?

El otro día en un viaje turístico pude comprobar el excesivo celo con el que a veces se preservan algunas prohibiciones. Una de las prohibiciones más habituales es la de no poder hacer fotografías ni vídeos en museos ni en el interior de algunos recintos históricos. En el caso del que hablo, el recordatorio estaba presente varias veces en cada una de las salas e incluso al ver el flash furtivo de un visitante, la guía le invitó a borrar las fotos. Jamás había visto cumplir tan a rajatabla esta prohibición y desconozco el motivo de esa radicalidad.

Por pura curiosidad he buscado algo de información por internet para saber si realmente se puede prohibir hacer fotografías en un museo que, por otra parte, es de titularidad pública y por tanto mantenido con los impuestos de todos nosotros. O dicho de otra manera, el museo es un poco de todos. Es lógico pensar que los flashes de las cámaras puedan dañar frescos o pinturas pero entonces, ¿por qué se prohíbe hacer fotos sin flash? ¿Puede tener que ver con los derechos de propiedad intelectual? ¿Es sólo una motivación económica para preservar la tienda del museo? Tras hacer algunas consultas y resumiendo mucho he llegado a estas conclusiones:

  • Legalmente, la única prohibición sobre la realización de fotografías hace referencia a factores de seguridad (fotografías de una central nuclear por dentro, de una instalación militar, de personal de las fuerzas de seguridad o similares), de preservación de la intimidad (fotografías del interior de un recinto privado o una vivienda siempre que éstas NO se realicen desde un lugar público y accesible por cualquiera) o por derechos de autor (por ejemplo fotografías de un cuadro de un pintor cuyos derechos de autor no hayan expirado).
  • Las únicas personas autorizadas a visualizar y borrar el contenido de una cámara fotográfica son las fuerzas de seguridad, y siempre siguiendo el protocolo que establecen las leyes. Normalmente cuando se llegan a estos extremos, las razones para requisar la cámara suelen ser evidentes. Ningún vigilante de seguridad, guía o conservador de un museo está autorizado a visualizar el contenido de ninguna cámara de fotos o videocámara y menos a borrarlo.
  • Nadie puede impedirnos hacer fotografías de lugares públicos siempre que no se incumpla alguna de las prohibiciones que indicaba en el primer punto. Ojo, un centro comercial no es un lugar público (en contra de lo que algunos puedan pensar) y por tanto se puede prohibir la realización de vídeos o fotografías. Al menos en teoría.

Volviendo al tema de los museos, he llegado a la conclusión de que no hay ningún elemento legal que nos impida fotografiar dentro de un museo de titularidad pública o sufragada con fondos públicos. El hacerlo con flash o no es cosa de la ética y el civismo de cada uno, como tirar un papel al suelo. Es lamentable que se juegue con la ignorancia de la gente y una institución que, entre otras cosas, debe promover y promocionar el conocimiento y la cultura a lo largo y ancho del mundo, no permita que esto se haga a través, por ejemplo, de colgar una foto de un cuadro, una estancia o una escultura en internet o sencillamente para enseñársela a nuestros amigos o familiares. Existen iniciativas que luchan contra todo esto y que intentan promover museos más abiertos. Tal es el caso del Manifiesto de Buenas Prácticas del IAC.

31 de mayo de 2009

¡Sabotaje!

Si no me equivoco es la primera vez que Zamora aparece en un blog geek de primer nivel como es ALT1040. El motivo no sé si tomármelo a broma o en serio. La entrada de la susodicha bitácora dice tal que así: «Un hacker muy cachondo está suelto por Zamora» y a lo que hace referencia es a la noticia de que alguien «hackeó» la web de la intranet del sistema de préstamo de bicicletas del Ayuntamiento para colgar un vídeo pornográfico en lugar de mostrar la pantalla que nos permite gestionar ese servicio. Parece ser que los hechos ocurrieron la tarde del pasado 28 de mayo, que coincidió con la final de la Champions League, así que no debía haber mucha gente por la calle. Según se comenta en la noticia publicada por el diario (in)Mundo, la Policía Municipal tuvo la genial idea de pegar unos folios delante de los monitores para que no se viera nada. Esto contaba el diario El Comercio de Gijón en su artículo:

La película se proyectó en color, «con insospechada nitidez, pero con un audio muy deficiente», declaró hoy el edil, que contaba las mil anécdotas suscitadas en el punto de alquiler de bicicletas. El primer agente de Policía Municipal que llegó al lugar fue una mujer, que apenas pudo reprimir la risa para transmitir a sus superiores la veracidad de lo que contaba el concejal. Luego fueron llegando más agentes y vecinos, unos escandalizados y otros encantados, pero todos se quedaron a ver en qué paraba la proyección.

Los detalles técnicos de cómo alguien pudo colarse en el sistema no se han desvelado, pero visto lo visto no parece que fuera demasiado complicado ni que las medidas de seguridad y acceso al panel de control de la aplicación fueran dignas de la CIA. El software de alquiler de bicis [PDF] que se utiliza en Zamora ha sido desarrollado por el Instituto Tecnológico de Castilla y León. El ITCL es una fundación privada sin ánimo de lucro cuya principal misión es el «desarrollo tecnológico» de Castilla y León. En fin. Aunque no se sabe quién ha sido el autor de este sabotaje (¡yo no he sido!), se apunta a que pudo ser alguien de la propia empresa, quizás algún trabajador descontento o despedido de malas maneras que se ha tomado de esta forma su particular venganza…

30 de mayo de 2009

EGOS, ventanas para MSX2

Se dice que la segunda mitad de los años ochenta fue la edad de oro de los 8 bits. Por todas partes proliferaban nuevas y pequeñas compañías que creaban videojuegos para nuestros ordenadores favoritos. Incluso aquí, en nuestro país, tan reacio a las nuevas tecnologías, surgieron un puñado de empresas que desarrollaron algunos de los juegos con los que muchos crecimos. Desgraciadamente, para nosotros, los (orgullosos) poseedores de un ordenador MSX o MSX2 las cosas no eran tan sencillas como para otras plataformas. Mientras que para Amstrad o para Spectrum el surtido de videojuegos era enorme, para encontrar juegos decentes en MSX había que recurrir a los costosos cartuchos de fabricantes japoneses o a las aventuras conversacionales en disquete de Telarium-Infogrames, no menos costosos. El resto se limitaban básicamente a portar videojuegos creados originalmente para Spectrum con pésimos resultados. A veces tan malos que directamente eran injugables o de gráficos tan confusos que era complicado distinguir a nuestro personaje del decorado o de los enemigos a batir. De entre todo este panorama desolador surgió una excepción muy honrosa: Opera Soft.

Opera Soft fue, al igual que otras como Topo Soft o Dynamic, una compañía española dedicada al mundillo del desarrollo de juegos para varias plataformas de 8 bits. Pero los dueños de un MSX la apreciábamos especialmente. Sus desarrollos, sobre todo en sus inicios entre 1986 y 1988, se salieron de la mediocridad a la que nos tenían acostumbrados los desarrolladores europeos de videojuegos. Pero este post no pretende repasar la vida y milagros de Opera, sino detenerse en uno de sus grandes hitos: El gestor de ventanas Entorno Gráfico de Opera Soft (EGOS).

En su día tuve algunas noticias sobre el desarrollo de este entorno gráfico, pero nunca llegué a verlo ni probarlo. Al parece fue la propia Philips, uno de los más activos fabricantes y promotores del sistema MSX, quien encargó a Opera Soft la creación de un entorno de ventanas para MSX2 similar a la que ya tenían otros sistemas como el Macintosh, el Commodore Amiga o el Atari ST. En realidad, el MSX2 ya contaba con un entorno gráfico. Concretamente los MSX2 de Sony venían con el HiBrid, un software muy bien hecho para entonces que incluía un procesador de textos, una hoja de cálculo y un gestor de bases de datos. El resultado de este encargo fue lanzado en 1989, aunque imagino que no con muy buen resultado porque yo, que estaba al tanto del mundillo, apenas recibí noticias.

Han tenido que pasar veinte años (que se dice pronto) para poder coger mi emulador MSX, bajarme la imagen del disco original y probarlo. Igual que me pasa cuando pruebo cualquier cosa «viejuna», me he transportado de nuevo a aquella época. EGOS es, desde luego, mucho más limitado que el HiBrid de Sony, pero es un entorno muy útil para manejar y gestionar ficheros, algo banal hoy pero para lo que había que tener ciertos conocimientos en aquella época. Además se incluía un calendario agenda, la consabida calculadora, gestor de impresoras y algunas otras cosas nada despreciables para esos tiempos. Pero todo se quedó en un nuevo intento de no quedarse atrás con respecto al Amiga o al Atari (los principales competidores del MSX2) que no acabó de cuajar. La disolución de Opera Soft en 1990 fue el presagio y el signo de que los tiempos estaban cambiando. Los PC y los 16 bits ya estaban llamando a la puerta…

28 de mayo de 2009

Coches que hablan (o hablaban)

No me preguntéis cómo demonios llegué hace unas semanas a un artículo en el que un tipo desmontaba el sistema de avisos por voz (Voice Warning Box) de un coche viejo. Concretamente era un Datsun 810 de 1982, comercializado también fuera de Estados Unidos y de Japón con el nombre de Nissan Maxima. Vamos, electrónica «vintage» sobre ruedas.

Y tan «vintage» como que el susodicho sistema estaba compuesto por un pequeño gramófono y (atención indie kids) un disco de vinilo de color blanco de 3 pulgadas con seis pistas paralelas, una para cada aviso: «La puerta derecha está abierta», «La puerta izquierda está abierta», «El freno de mano está puesto», «El nivel de combustible es bajo», «La llave está en el contacto» y «Las luces están encendidas». Todo el sistema estaba metido en una caja. Curioso.

Esto me ha recordado aquel Renault 25, que también tenía avisos por voz, aunque si no me equivoco, el sistema que utilizaba era muy distinto. Eran dieciséis mensajes, mucho más concretos y útiles que los del Datsun/Nissan. Y, aunque por mucho que he buscado, no he encontrado información demasiado detallada sobre la circuitería que llevaba, aunque imagino que no era un disco de vinilo. Recuerdo que de pequeño me llamaba mucho la atención eso de que un coche hablara como si fuera KITT, el coche fantástico, aunque claro, mucho más limitado…

23 de mayo de 2009

Una nueva aproximación a los orígenes de la fotografía digital

No es la primera vez que echo la vista atrás para comentar los orígenes de algún invento tecnológico que ahora es de lo más habitual. La fotografía digital es sin duda una de ellas, y una de las más populares. Ya dediqué hace tiempo un artículo a los orígenes de esta tecnología, pero ahora me ha parecido una buena idea recuperar el tema y combinarlo con recortes de prensa de la hemeroteca histórica de La Vanguardia.

Hace casi diez años, el 6 de octubre de 1999, La Vanguardia dedicada un pequeño reportaje a un nuevo mercado que se abría por entonces con posibilidades de tener mucho éxito. Sonimag Foto ’99 fue el punto de inflexión para la popularización en España y Europa de las primeras cámaras fotográficas digitales. A partir de aquel momento, el aumento de las prestaciones y los precios cada vez menores fue imparable hasta llegar al día de hoy, donde la fotografía analógica es prácticamente historia. En ese artículo, «Fotografía digital, la nueva revolución» se dicen cosas como éstas:

Los obsoletos medios utilizados en las últimas décadas pueden quedar arrinconados para el consumo especializado o de coleccionistas. Al menos esta es una de las conclusiones a la que llegan los usuarios, después de ver como marcas tan conocidas como Agfa, Fuji, Canon y Kodak están introduciendo revolucionarias cámaras digitales, que han conmovido el mundo de la fotografía. Estos cambios en los mercados han hecho que los profesionales adquieran este tipo de cámaras de una forma vertiginosa, de manera que en unos años sóo utilicen cámaras digitales.

Visto hoy, las características de aquellas primeras camaras que tuvieron éxito en España son ridículas: 1,3 megapíxeles (en el mejor de los casos), visores LCD de 1,8 pulgadas y velocidades de un disparo por segundo.

Pero vayamos mucho más atrás, donde encontraremos artículos muchos más interesantes. El 15 de diciembre de 1981 se publica un reportaje titulado «La fotografía electrónica, camino de imponerse» y con el subtítulo «Tiene ventajas de rapidez, versatilidad, economía y manejo, pese a la inferior definición de imagen». En realidad, leyendo el texto, lo que encontramos es una crónica de la lucha encarnizada entre los formatos de vídeo que comenzaban ya a comercializarse y las primeras videocámaras que prometían arrinconar al super 8 y sobre fotografía digital como tal, más bien poco. Esto tiene una explicación. En los inicios, la fotografía digital era concebida como «fotografía de vídeo» o «instantáneas de vídeo». Tanto la foto como el vídeo compartían formatos. La razón es clara. La electrónica aún no estaba lo suficientemente avanzada como para que pudiera almacenarse una imagen tal y como ahora la conocemos sin recurrir a la tecnología del vídeo, que por entonces comenzaba a popularizarse:

Además de proporcionar series de 50 fotografías en un pequeño disco magnético, que pesa ocho gramos, la «Mavica» puede usarse como una cámara manejable de magnetoscopio en color, si se conecta a una grabadora de vídeo portátil o de otra clase. Cámara que no es mayor que una réflex convencional de una sola lente cambiable. Las imágenes fijas que obtiene pueden verse inmediatamente en el televisor doméstico a través de un aparato de reproducción y se espera que puedan obtenerse copias en papel mediante una positivadora que Sony está desarrollando. […] Por otra parte, las señales de imagen pueden transmitirse a cualquier sitio a través de un hilo telefónico o ser transferidas a una cinta de vídeo para que el interesado tenga posibilidad de confeccionar sus propios álbumes en cassette.

Para terminar, un vídeo que ilustra muy bien cómo han cambiado las cosas en apenas diez años. En él podemos ver una Sony Mavica FD7 comercializada en 1997 y que hoy nos parece pura arqueología tecnológica.



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