El meter en una coctelera la tradición de la novela negra policíaca, la crisis financera que intentamos superar, la crítica social y Grecia –el país símbolo de los sufrimientos de este episodio absurdo–, da como resultado uno de los fenómenos más exitosos de la literatura europea de los últimos años. El veterano escritor heleno Petros Márkaris publicó en 1995 ‘Noticias de la Noche’, que fue la primera obra de la serie protagonizada por el amargo comisario Kostas Jaritos. En esta ocasión la última entrega hasta la fecha es ‘Offshore’ (Tusquets), publicada en España en 2016. También es la primera que leo.
La historia comienza con una serie de asesinatos, primero un funcionario del puerto de El Pireo e inmediatamente después el de un conocido armador griego. ¿Ambos crímenes están conectados? ¿Cuáles son las razones para su ejecución? Jaritos intentará resolver el caso a veces en contra de sus superiores, y en medio de un supuesto clima de recuperación económica debida a la entrada de grandes cantidades de capitales del extranjero. Los crímenes se sucederán y el comisario, contra la espada y la pared, seguirá tras la pista que pueda proporcionarle nueva luz…
Uno de los aciertos de esta novela –y supongo que también de las demás– es la mezcla continua de situaciones cotidianas familiares y laborales con la investigación pura y dura. A la vez también es crónica de un estado de opinión, el griego, descreído y desconfiado de las autoridades y las empresas después de todo lo sucedido en los últimos quince años. Son estos retratos los que nos acercan a ellos. Un país tan aparentemente diferente y lejano se nos muestra casi como un reflejo de lo que somos o fuimos nosotros mismos.
Por contra, también tengo la sensación de que se trata de una entrega rutinaria, escrita de manera plana y con personajes no excesivamente descritos (quizá ya lo hizo en las anteriores novelas de la serie). También, a pesar de cumplir con todos los tópicos del género, no logra la tensión ni el suspense necesario para mantener el interés del lector. Y eso, en este tipo de obras, es imperdonable. En cualquier caso, resulta interesante más que nada por el componente exótico. 5,5/10.
El cine balcánico de lo que llevamos de siglo XXI está indisociablemente unido al de su historia reciente. Una guerra traumática que causó heridas que aún están por cerrar. Este, por supuesto, es un argumento inagotable para las producciones cinematográficas actuales. La industria croata, junto con la serbia, son las más potentes de la zona. Ya en época yugoslava, cintas croatas representaron a la federación en festivales internacionales. El veterano Rajko Grlic podría contar mucho sobre esos años dorados. Y este es precisamente el realizador de ‘Ustav Republike Hrvatske’ o, en castellano, ‘La Constitución de la República Croata’. La producción, de 2016, reúne todos esos factores típicos del cine balcánico actual.
La película cuenta la historia de Vjeko, un profesor de historia croata que vive solo y cuida de su padre gravemente enfermo y que en el pasado perteneció a la Ustacha (una organización terrorista paramilitar, ultranacionalista y racista de extrema derecha que colaboró con el nazismo durante la segunda guerra mundial). Pero por las noches se transforma en mujer para recorrer los locales de los que es habitual. Por otro lado, uno de sus vecinos, un policía croata de origen serbio, ha de aprender la constitución del país para conservar su empleo. Será Vjeko quien le ayuda en la tarea.
Como puede comprobarse, el argumento del film es complejo y abre muchos frentes a la vez con el denominador común de la tolerancia ante el que piensa o actúa de modo diferente. El guión está bien llevado a lo largo de todo el metraje y los actores hacen un trabajo excelente. El oficio de Grlic se nota en cada minuto, con momentos de muy buen cine, tratados con la gravedad y la sobriedad que el tema requiere. Muy recomendable. 7,5/10.
Finalizamos los clips de Valencia con esta segunda parte dedicada a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, al Oceanogràfic, a la playa de la Malvarrosa y unas pocas tomas del puerto…
Llegan los vídeos con las tomas que grabé durante nuestra reciente estancia en Valencia. Esta primera entrega (serán dos en total) está dedicada al centro histórico de la ciudad, con sus monumentos más importantes como protagonistas: La Catedral –y su Santo Grial–, la Lonja de la Seda y las puertas de la muralla que aún se conservan, la de Quart y la de Serranos. Espero que os guste.
Una vez más nos acercamos a una filmografía ignota. En esta ocasión es Etiopía, un país cuya cinematografía nos es completamente desconocida. Para levantar el velo sobre el tema, me decidí a buscar una película del país africano más o menos actual. Di con ‘Teza’, una coproducción germano-etíope de 2008 dirigida por el ya veterano Haile Gerima. De origen etíope, aunque residente en los Estados Unidos, quiso con ‘Teza’ reflejar las turbulencias políticas de su país de nacimiento a lo largo de los años setenta, del exilio y del decepcionante retorno de aquellos que podían hacer algo nuevo por Etiopía.
La película se centra en Anberber, un intelectual etíope de inspiración izquierdista que reside en Alemania junto a otros compatriotas, donde estudia medicina para, en algún momento, poder volver a su país. Son los momentos del cambio: El derrocamiento del último emperador Haile Selassie en 1974 y la instauración de un régimen marxista en 1977 encabezado por Mengistu Haile Mariam. Es justo entonces cuando decide volver a su pueblo para ser útil en la nueva nación. Pronto se dará cuenta de que las cosas no han cambiado tanto y que probablemente no pueda cambiarlas nunca.
La cinta tiene un necesario toque documental, de algo precario y realizado con pocos medios pero con muchas ganas e imaginación. En cualquier caso, abrir una ventana a una cultura y un mundo que nos es tan ajeno siempre es de agradecer. Una buena forma de acercarnos a la historia reciente de Etiopía y a su problemática interna. Interesante. 7/10.
Polonia tuvo una época dorada en la cinematografía mundial en los sesenta, setenta y ochenta con gigantes como Krzysztof Kieślowski o Andrzej Wajda. Ya en pleno siglo XXI, triunfa en festivales Pawel Pawlikowski, autor de ‘Ida’. En el mundo de la televisión también intenta hacerse un hueco. Gracias a las plataformas de vídeo bajo demanda como HBO, existe una nueva oportunidad de disfrutar de producciones que de otra manera sería imposible. Es el caso de ‘Wataha’ (‘La Manada’ en castellano). Esta producción para la filial polaca de HBO está dirigida por Kasia Adamik y Michal Gazda y consta hasta la fecha de dos temporadas.
La serie nos cuenta el trabajo del cuerpo de guardias fronterizos polacos en los límites de la Unión Europea, junto a Ucrania. En estas vastas extensiones de bosque y montañas nevadas no hay piedad: Contrabando, tráfico de personas o prófugos de la justicia. Un mundo ignoto en el que es casi imposible poner orden y control. Mucho más cuando las mafias están incluso dentro del propio cuerpo.
‘Wataha’ es oscura, un thriller policíaco entre bosques y todo terrenos. Y, aunque sigue el esquema clásico del género, aporta el toque local exótico que siempre es de agradecer. El trabajo de los actores es bastante bueno, la dirección sigue los estándares y es resultón. Y lo más importante, el guión, está bien trazado, aunque quizás haya giros en la historia demasiado increíbles. En definitiva, una producción por encima de la media. 7/10.
Tras nuestro reciente viaje a la ciudad de Valencia, os dejo algunas fotografías que tomé durante los cuatro días que estuvimos allí. Hay un poco de todo. Desde el casco antiguo hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias, con galerías especiales en Cromavista dedicadas a sus principales monumentos. En total estas son las galerías en las que he dividido las 48 imágenes:
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