Durante varias semanas de este verano he estado viendo una de las series más renombrada de los últimos años y por la que sentía mucha curiosidad. ‘Succession’ consta de cuatro temporadas de diez episodios (excepto la tercera que tiene nueve) cada una y donde vemos una evolución notable (para mejor) en el desarrollo de los personajes. Emitida originalmente entre 2018 y 2023 por la cadena HBO, muy pronto se convirtió en un fenómeno televisivo y ya en su primera entrega consiguió múltiples galardones. Lo cierto es que la imagen que tenía de ‘Succession’ antes de comenzar a verla era muy diferente de la que después realmente es. Y ese factor sorpresa resulta muy agradable.
Lo que nos cuenta la serie son los últimos años de Logan Roy, un magnate de los medios de comunicación y del entretenimiento que se extingue a la vez que un sector que se desplaza cada vez más hacia la tecnología y las redes, dejando ya poco espacio para el cine y la televisión convencionales. Casi como una metáfora de un mundo que se termina, de un dinosaurio que da pasos erráticos antes de caer. Pero ‘Succession’ no sería nada precisamente sin sus sucesores. Cuatro niños malcriados: Ken, el heredero natural de la compañía, pero demasiado volátil y cambiante. Con, una personalidad fuera de la realidad que intenta conseguir un estatus al margen de la empresa de su padre pero ignorando completamente el valor del esfuerzo. Shiv, una oportunista que hará lo que sea con tal de pillar su cuota de poder e influencia. Y Rom, el pequeño y estrambótico que nadie puede tomar en serio al principio y quien más evolucionará a lo largo de la serie. Más allá de los cinco principales protagonistas, un elenco de personajes que no son realmente secundarios, ya que en ocasiones eclipsan a la familia, sin los que la serie no podría entenderse. Por ejemplo, y mención especial merece el duo Greg y Tom y sus diálogos.
Una de las grandes bazas con las que cuenta ‘Succession’ es su guión, mordaz, burbujeante, ingenioso, con ironía a veces o directamente con humor en otras, pero que sabe cambiar el registro en los momentos verdaderamente serios. Una sátira brutal en la que es fundamental el excelente trabajo de los actores, aunque personalmente no me gusta la forma de interpretar de Sarah Snook como Shiv Roy con exceso de gestualidad que llega a ponerme nervioso y que es la versión femenina de Rom Roy (interpretado magistralmente por Kieran Culkin y mi personaje favorito de la serie), aunque en este caso ese histrionismo está justificado. En definitiva una producción muy entretenida y ocurrente en la que se ha cuidado todo para no ser repetitiva cuando habría sido muy fácil caer en la vulgaridad y el aburrimiento. 8/10.
La cinematografía suiza no es de las más prolíficas y potentes de Europa precisamente. Hace unos años vimos una serie que pasó sin pena ni gloria llamada ‘Helvetica’. Con este único y dudoso precedente me dispuse a ver una miniserie que es un thriller de espías ambientado en la primera guerra mundial y en un país teóricamente neutral. Se publicitaba como la serie más cara producida en Suiza. Y es verdad que no se ha escatimado en gastos a la hora de poner imágenes a esta narración.
Lo que nos cuenta ‘Davos 1917’ es la historia de Johanna, una enfermera de la Cruz Roja que da a luz una niña fruto de una relación con un soldado alemán. Su familia para evitar la deshonra se lo arrebata. En el balneario de Davos donde trabajará tras volver del frente se cruzará con espías de ambos bandos, con los que colaborará con el único fin de recuperar a su hija. Evidentemente no será una tarea sencilla y su vida peligrará en numerosas ocasiones.
Como comentaba, se trata de una serie perfectamente ambientada y hasta ahí. Sólo sirve para vestir un cascarón vacío, con un guión confuso y falto de tensión (y por qué no decirlo, de interés). Es la misma sensación que cuando vi ‘Helvetica’. No parece que los suizos acierten con sus producciones de ficción. Las interpretaciones tampoco son nada especial y a veces resultan hasta desganadas. Prescindible 5/10.
Intento siempre estar al día de las producciones televisivas de ficción más actuales, de las que se habla. Una de esas series es ‘Shōgun’, una producción (superproducción podría decirse) de capital canadiense basada en la novela homónima del escritor australiano James Clavell. En 1980 ya se realizó una adaptación para televisión con ni más ni menos que Richard Chamberlain de protagonista. No la he visto pero imagino que es totalmente diferente. La versión de 2024 es oscura y misteriosa y basada en las intrigas palaciegas por mantener o asaltar el poder de los señores locales y en la relación implícita entre sus dos principales protagonistas (John Blackthorne interpretado por Cosmo Jarvis y Mariko interpretada por Anna Sawai).
La historia nos cuenta como John Blackthorne llega junto con su tripulación diezmada en un navío inglés a las costas del Japón en el siglo XVII a causa de un naufragio. Allí encontrara un mundo de luchas internas, de como la influencia portuguesa en el comercio y en la religión católica comienzan a ser peligrosos para los intereses de la corona británica. Al contrario de lo que pudiera parece, y teniéndolo todo en contra, consigue sobrevivir en un entorno hostil con idioma y costumbres opuestas a las suyas.
La ambientación de ‘Shōgun’ es espectacular, y ya sólo por eso merece la pena verla. No falta ningún detalle ni nada está fuera de lugar. En este aspecto visual yo diría que el director buscaba un ambiente oscuro, quizá excesivo en muchos momentos. También tuve la sensación de perder el hilo de la trama en varios momentos. Eso sí, los que busquen acción y escenas espectaculares que se olviden. 6,5/10.
Acabo de ver la que ha sido la serie de moda en las últimas semanas. Una producción basada en un best-seller chino de ciencia ficción escrito por Liu Cixin y publicada en 2006. La serie de Netflix se centra en el primer libro de una trilogía. Ya de partida no resulta muy habitual encontrarse un producto audiovisual comercial y para un público amplio cuya historia es de origen chino. Sin duda los tiempos están cambiando. Los productores son los creadores de la serie exitosa ‘Game of Thrones’ (‘Juego de Tronos’), aunque evidentemente esto no garantiza nada.
La historia que cuenta viene del pasado y se vive también en el presente. En los años sesenta, una científica china consigue contestar un mensaje recibido del espacio exterior. Décadas después los San-Ti (que así se llaman los alienígenas) comunican que se dirigen hacia la Tierra con turbias intenciones. A pesar de que tardarán cuatrocientos años en llegar, interfieren en la vida de los seres humanos de la tierra y sobre todo de los científicos, sus principales enemigos.
‘El Problema de los 3 Cuerpos’ no deja de ser una gran historia, interesante en su concepto, pero cuyos detalles se deshacen en la nada. Hay multitud de situaciones inverosímiles no ya por el propio argumento global, sino por lo ridículo de su explicación. Otros pasajes y personajes son absolutamente innecesarios para el desarrollo de la historia. Sí, es entretenida, pero también cae en muchos tópicos del cine de ciencia ficción, en demasiados si busca ser algo novedoso y diferente. Creo que es un producto de nuestro tiempo, donde se viste una buena historia pero pobremente desarrollada con la mejor magia audiovisual del momento. 6/10.
‘Carmen Curlers’ es una curiosa serie danesa producida por la televisión pública DR de la que hasta ahora se han emitido dos temporadas (por cierto, la segunda termina con un final un tanto abrupto). Es habitual que existan series sobre temática empresarial, «emprendedores» hechos a sí mismos y demás especies. Un «sueño americano» a la danesa basada en hechos reales, en un producto que fue una revolución en su momento dentro de la estética y la peluquería: el rizador eléctrico Carmen.
Arne Bybjerg, dueño de una pequeña tienda de electrodomésticos en una localidad de la Dinamarca profunda conoce de forma casual al creador de una patente que consiste en unos rulos que son calentados mediante una cera que contiene en su interior. Convencido de su potencial comercial decide comprar la patente para explotar el invento. El equipo inicial formado por su mujer, por el peluquero Frans y Birthe, ama de casa y granjera, lograrán levantar una fábrica partiendo de la nada y empeñando todos sus ahorros y posesiones.
Diría que la serie ‘Carmen Curlers’ es una producción muy cuidada, con buenos actores y un guión que falla por disperso. Tiene demasiadas tramas paralelas y tal vez demasiados personajes innecesarios que distraen la idea principal de la serie que no es otro que la lucha de Bybjerg y su equipo contra las dificultades, tanto económicas como legales y personales. Lo cierto es que este tipo de biopics con protagonista empresario rebelde y excéntrico me repelen un poco (más bien mucho) pero el guión consigue enganchar fácilmente con un resultado aparentemente sencillo y de calidad. Sin ser nada del otro mundo, es interesante y original. 7,5/10
Hoy traigo dos series que pueden encontrarse dentro del catálogo español de Netflix. Una bastante visible y conocida y otra que es una auténtica joya oculta.
Desde hace ya bastante tiempo la plataforma de streaming más famosa me recomienda una miniserie italiana de ocho episodios llamada ‘Generazione 56K’. Se trata de una producción con un argumento bastante estándar que cuenta con algunos puntos a favor que la salvan. Lo principal es que es italiana. Si fuera británica o norteamericana seguramente sería insoportable, pero el arte natural que aporta el país vecino hace que te quedes pegado a la pantalla. Si leemos entre líneas, y a pesar de la globalización de los comportamientos sociales, podemos ver mucho de la idiosincrasia del sur de Italia. ‘Generazione 56K’ nos cuenta dos historias que es la misma separada por veinte años, la de un grupo de amigos de la infancia que se mantiene en el presente y la de una pareja frustrada en el pasado, cuando apenas tenían catorce años, y que amenaza con frustrarse en la actualidad. Como he comentado, con sus particularidades, es la misma historia que nos han contado mil veces en la ficción romántica. Aún así tiene momentos disfrutables. 7/10.
‘Samurai Gourmet’ es la otra producción, japonesa del año 2017, también original de Netflix, y basada en el manga ‘Nobushi no Gourmet’. Una serie de doce episodios cortos (de unos veinte minutos) que nos trae las andanzas de un trabajador recién jubilado que recupera el control de su tiempo, dando rienda suelta a sus fantasías culinarias. Una propuesta extraña y original que funciona muy bien transmitiendo buen rollo desde el primer hasta el último minuto. El protagonista, aficionado a leer historias de samuráis y cual Quijote del extremo oriente, se dedica a recorrer la ciudad a la búsqueda de comida y experiencias proustianas que le devolverán al pasado o también descubrirá nuevas sensaciones que le harán conocerse en qué punto de su vida se encuentra y cómo es su relación con su entorno, expresándose (o intentándolo) muchas veces a través de su alter ego samurái. Argumentos sencillos que encierran una potente filosofía nada barata. Imprescindible. 8,5/10.
Últimamente estamos viendo algunas producciones de zona francófona de Canadá. La para nosotros exótica región de Quebec camina entre dos mundos también en cuanto a tradición cinematográfica, el europeo y el anglosajón, dando lugar a veces a curiosas propuestas y otras a engendros más o menos digeribles. ‘Manuel de la Vie Sauvage’ está basada en la novela de Jean-Philippe Baril Guérard del mismo título que no tengo el gusto de conocer, por tanto no vamos a calificar lo fiel de su adaptación.
La historia que nos cuenta es la del controvertido Kevin, un joven hijo de un millonario hecho a sí mismo que busca competir y abrirse paso sin ayuda en el mundo de las empresas tecnológicas emergentes. Su objetivo es claro, lograr el éxito al precio que sea, incluso si eso supone traicionar, engañar o incluso cometer delitos. Para ello formará un equipo con su mejor y único amigo, la exnovia de éste y un antiguo compañero del instituto como abogado. Las dificultades no tardarán en aparecer, a las que Kevin se enfrentará con tanta valentía como soberbia y falta de empatía. El desarrollo de una app para simular hablar con personas fallecidas supondrá un reto en el que rodarán muchas cabezas.
‘Manuel de la Vie Sauvage’ tiene virtudes pero también un gran defecto que hace tambalear toda la producción. Y es que más allá del segundo episodio se nota una falta de rumbo, una dispersión que desvirtúa el interés del arranque y se convierte en otra serie diferente. Tampoco sé si la falta de emociones y de interés en los acontecimientos escritos en el guión tienen algo que ver con la presunta pretensión de frialdad y comportamiento despiadado del protagonista. Y hablando de protagonista, el trabajo de los actores sin llegar a sobreactuar no es nada del otro mundo. En definitiva, una serie que se deja ver y se olvida rápidamente. 6/10.
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