15 de junio de 2014

Se trata del fenómeno cinematográfico del momento. La película de Emilio Martínez-Lázaro ‘Ocho Apellidos Vascos’ se ha convertido en la más taquillera de la historia del cine nacional y un fenómeno social –prácticamente toda la gente que conozco la ha visto–. Ciertamente lo tiene todo para serlo: Un tema que engancha (los tópicos de los diferentes pueblos de España, cuanto más contrastados mejor), una historia de amor y enredo, mucho humor y un reparto reconocible para el gran público.
Y sí, el arranque de la película es como mínimo prometedor. La situación de un andaluz juerguista, religioso y mujeriego viajando al «Euskadi profundo» a devolver el bolso de una chica tiene su aquel. Pero para decepción mía, el guión de Borja Cobeaga se va derrumbando poco a poco, desmadejándose a cada minuto que pasa entre situaciones previsibles y chistes fallidos. Al final, consigue salvar los trastos por los pelos gracias a la agilidad del montaje –nunca aburre– y al trabajo del genial Karra Elejalde.
En conclusión: Una farsa amable y bienintencionada que se deja ver. Pasará a historia, como muchas otras películas, por temas extracinematográficos (la taquilla) y no precisamente por su calidad.
13 de junio de 2014
El tercer y último clip del Womad 2014 de Cáceres está dedicado a la banda luso-extremeña Olivenza. Una formación musicalmente inclasificable donde se cruza el jazz, el fado, el pop o la música francesa. Os dejo con él:
13 de junio de 2014
Han pasado más de quince días desde que escribí mi último post. Este tiempo ha sido de cambios, aunque apenas se noten exteriormente. He aprovechado el final del ciclo de facturación del antiguo alojamiento web para hacer una «mudanza virtual» de todos mis sitios a un nuevo proveedor. Las razones son muchas: Económicas, de gestión, mejores prestaciones, etc. Espero que esta nueva etapa en el nuevo servidor sea buena y, sobre todo, que no dé muchos problemas. Gracias a todos los que no os habéis ido y bienvenidos a los nuevos…
28 de mayo de 2014
‘The Americans’ no es precisamente una de esas series populares que todo el mundo tarde o temprano termina viendo. Tampoco es el mejor serial de mundo pero ofrece una visión diferente de una temática a priori tan manida como son los espías y la guerra fría. Y lo hace desde un punto de vista también bastante particular, la de una pareja de infiltrados rusos que desde hace décadas se hacen pasar por el perfecto matrimonio que vive en el típico barrio residencial en los Estados Unidos de la era Reagan.
Desconozco si este tipo de infiltrados mimetizados completamente con el paisanaje local está basado en personajes reales, pero lo cierto es que, en general, resulta bastante realista. Las piezas del guión de cada uno de los capítulos encajan con precisión y cumple su misión de proporcionar al espectador una dosis muy medida de tensión y de suspense, sin desaprovechar nada. A lo largo de las –hasta el momento– dos temporadas de 13 episodios cada uno, esta producción de Amblin y Fox, plantea un asunto de fondo más allá de las operaciones de inteligencia: El uso de la violencia y de otros actos ilegales para conseguir un bien superior y todos los dilemas morales que eso supone a quienes lo ejecutan, ya sean de uno u otro bando.
Tanto los actores protagonistas como los secundarios hacen un muy buen trabajo. A destacar la pareja de espías, Phillip y Elizabeth en sus nombres americanos, interpretados por Matthew Rhys y Keri Russell respectivamente. También la ambientación merece comentario. Desde el primer minuto es fácil imaginarse que uno está en 1981. Yo diría que hasta los rostros de los actores tienen «pinta de ochenteros». En definitiva, se trata de una sorpresa agradable, de esas que uno se encuentra de vez en cuando buceando por la red a la búsqueda de nuevas series que «echarse a los ojos».
25 de mayo de 2014
El segundo clip que os presento sobre el Womad Cáceres 2014 es de Germán López. Una atractiva mezcla de folclore canario, jazz y otros muchos estilos. Aquí os traigo sólo un tema. Por cuestiones técnicas y de espacio no he podido hacer un vídeo más largo. Este concierto tuvo lugar en el que sigue siendo mi escenario favorito, el de la Plaza de San Jorge. Es más pequeño y tiene un entorno espectacular, como bien puede verse en las imágenes…
23 de mayo de 2014

Tres años después del lanzamiento de ‘Diamantes’, la banda navarra El Columpio Asesino publica su quinto álbum. Su título ya sorprende: ‘Ballenas Muertas en San Sebastián’. Y su contenido quizás no gustará a aquellos que se quedaron en la superficie de los temas de aquel: Algunos bonitos, otros sucios, otros ruidosos… La evolución del grupo queda patente en una línea ascendente, donde las letras son posiblemente las mejores que hayan firmado nunca y la instrumentación descolocará a más de un escuchante. No ya el primer sencillo ‘Babel’, continuista respecto a su trabajo precedente, sino en el resto del vertiginoso listado de temas.
El viaje que nos proponen lo componen nueve cortes en 33 minutos sin concesiones hacia nada. Sonidos ásperos y sintéticos, inquietantes, industriales. La desnudez de algunos pasajes resulta escalofriante, tanto en la voz de Álvaro como en la de Cristina. Ambas se complementan. Si la primera perturba, la segunda es de una dulce severidad. A lo largo de toda la duración veremos referencias a la sociedad enferma, obsesiva y tecnológica en la que nos hemos convertido, los cambios o el permanente control de la población. Una distopía que ya está aquí pero de la que todavía necesitábamos una banda sonora.
Es complicado destacar algunos temas por encima de otros. No es precisamente uno de esos discos con relleno. Tanto por ‘Babel’ como por ‘Ballenas muertas en San Sebastián’ merece la pena ocupar un sitio de honor dentro de los mejores trabajos del año, pero otros como ‘Anzuelos’ o ‘La lombriz de tu cuello’ no se quedan atrás y lo convierten en uno de los mejores –si no el mejor– discos de su carrera. Bravo por ellos.
Para terminar os dejo con el clip recién estrenado de ‘Babel’, tan perturbador y enigmático como el disco:
20 de mayo de 2014
poke -1,255
Hace cosa de treinta años mis manos tecleaban habitualmente en mi MSX esta instrucción de Basic para que algunos de los juegos que tenía pirateados funcionaran correctamente. Inmediatamente ha venido a mi memoria mientras leía el artículo «The Rise and Fall of Cheats» (algo así como «Auge y Caída de los Trucos») en el número 128 de la revista Retro Gamer. Tan curioso como interesante, en este texto se cuenta a grandes rasgos la historia de los trucos en los videojuegos. Comienza precisamente con esa palabra mágica, el «poke». Este comando del lenguaje nativo de la mayoría de los ordenadores de 8 bits servía para colocar un valor en una determinada posición de memoria (algo parecido, aunque no igual, a los MOV de ensamblador). Con esta técnica, aplicada con habilidad y conocimiento, se conseguían algunas ventajas a la hora de jugar: Avanzar de nivel, obtener vidas o dinero infinito, ser inmune…
Pero no solo de «pokes» vive el jugón retro. Las combinaciones de teclas eran también habituales. Los que teníamos MSX conocíamos el llamado Código Konami, que funcionaba en muchos juegos de la compañía nipona. Otra de las ayudas clásicas eran los mapas de niveles, que solían publicar las revistas especializadas. De hecho, estas publicaciones popularizaron los trucos, los «pokes», las combinaciones de teclas y los mapas. En este sentido, la pionera –tal y como se comenta en el artículo de Retro Gamer— fue Crash, una publicación británica de videojuegos, que ya en 1984 incorporó una sección para dar conocer los trucos que enviaban los lectores.
En la actualidad, aunque los trucos no han desaparecido por completo, su popularidad está muy lejos de lo que fue en los viejos tiempos de los 8 bits. Y en todo caso no tienen nada de artesanales…