‘Gomorra’
Aunque se ha quedado fuera de la competición por el Oscar de Hollywood a la mejor película de habla no inglesa, ‘Gomorra’ (2008) continúa siendo una de las sensaciones cinematográficas de la temporada. Tanto la película, dirigida por Matteo Garrone, como el libro de Roberto Saviano en el que está basado, siguen dando mucho que hablar. Lo que hace a ‘Gomorra’ un film diferente es que, a diferencia de otras incursiones del cine en el turbio mundo de la mafia y la camorra, está vez las cosas van en serio, son casi reales.
Los actores ocasionales viven donde transcurre la película y se mezclan con los mafiosos reales. La laberíntica ratonera en que se ha convertido Scampia, un suburbio de las afueras de Nápoles formado por viviendas sociales construidas en los años sesenta, es el escenario perfecto para dotar a la película del ambiente claustrofóbico que la historia requiere. Con estos mimbres, el resultado no podía decepcionar. La historia desde luego no es complicada de entender. Capos de barrio, matones de poca monta y macarrillas de tres al cuarto con la falta de escrúpulos (y de cabeza) como factor común entre ellos.
Es evidente que Garrone ha querido dar una pátina de veracidad a su obra. No sé si en el libro es igual, pero me ha sorprendido la falta de denuncia social. Las cosas ocurren porque ocurren, sin más. Sin explicación, sin razones y sin las repercusiones que la camorra napolitana tiene sobre el tejido social de la ciudad. Esta aparente falta de sentido puede desorientar al espectador, que asiste a una ceremonia de la confusión a lo largo de la primera media hora de metraje. En fin, una buena película sin más.